Qué bonito eslogan y que bonito poder ser participe de una acción tan importante y de gran calado como los proyectos Erasmus+. Ya van tres, sin contar con los anteriores (… y los que quedan…. resuena en mi mente, más como un deseo que como una exigencia) los que han ido incubando el virus Erasmus+ en nuestro día a día.
Anécdotas, imágenes y experiencias llenan mi retina cuando me detengo a pensar en todo lo recorrido hasta la fecha. Cuando me pregunta dónde me infecté, siempre hablo de Coventry, esa pequeña localidad del centro de Inglaterra que fue el escenario de un maravilloso curso sobre el aprendizaje de espacios no formales en educación. Si se me permite la broma, Coventry, contigo empezó todo!!!!.
Bromas a parte, la importancia de los proyectos Erasmus+ es muy diversa, tan diversa como modalidades tiene el programa pero que conducen al logro de objetivos similares. El trabajo en equipo, la internacionalización del centro, la propia mejora del desarrollo profesional docente y, sobre todo, la construcción de Europa como una futura nación.
Ahora que está en entredicho el valor de la Unión y el futuro de la misma, cabe recordar que, posiblemente en solitario iríamos más rápido pero jamás tan lejos como si estuviéramos juntos. Cabe redoblar el esfuerzo por buscar aquello que nos une, para encontrar un punto donde articular nuestra unión y, ese no puede ser otro que la Educación de los ciudadanos europeos. Erasmus+ atiende a una realidad común parar todos, la Educación de nuestras futuras generaciones.
Esta cuestión se debe abordar en el aula, mostrando al alumnado las posibilidades del verdadero valor del trabajo en equipo, donde cada miembro busca dar lo mejor que tiene por un fin común, sin más pretensión que la mejora colectiva. Significa comprender el espacio que ocupa la escuela, no sólo dentro de su contexto más cercano, sino de la realidad europea.
Cada centro que emprende el camino Erasmus+, pretende buscar la oportunidad dentro de sus dificultades diarias, dotar de significado su acción en clase y asentar en una base sólida la construcción de su Proyecto Educativo.
Y, aunque alguien pudiera tildar mis palabras como excesivamente europeístas, prefiero pensar que seremos capaces de encontrar los que nos une por encima de lo que nos desune….. empecemos por donde sabemos que funciona….. Erasmus+.