Llevamos unos años observando perplejos cómo los contravalores se han convertido en los valores de la Sociedad. Parece ser que mentir, no es tan malo. Se miente con solemnidad y es aceptado. Da igual lo que se comunique, mientras sea una comunicación oportuna y “bonita”, la veracidad o no de la misma, no es conveniente o importa poco. Y esto proviene, en parte, y si me permiten el atrevimiento, de un problema de conceptualización de nuestro Sistema Educativo. Éste ha dejado de ser “Educativo” aunque sigue siendo un “Sistema”. 

El Sistema ha perdido la “carga” de valores necesaria para que lo podamos llamar: Sistema Educativo. Interesa, si acaso, el aprendizaje del alumnado. Por eso, nos encontramos en una situación en la que el Sistema Educativo ha sido sustituido por un Sistema de Enseñanza-Aprendizaje eficiente y útil pero ¿para quién? Éste, el Sistema, ha perdido el valor de los valores (valga la redundancia…), para convertirse en un «conjunto de reglas o principios sobre una materia racionalmente enlazados entre sí» (RAE), no siendo esa materia la Educativa, porque ya no nos interesa la cualidad o valor que ésta tiene, ni su manifestación en nuestras propias relaciones humanas sino que, hemos puesto el foco en el producto final del paso por nuestro Sistema de Enseñanza-Aprendizaje. Nos importa más la “cosa” que se aprende que la manifestación de la posesión de la misma. Por tanto, en nuestro Sistema Educativo, la Educación, en esencia, no aparece. Digamos que, se ha convertido en un modo barato de conciliación familiar y de acumulación de “cosas útiles que no sirven para nada” (expresión escuchada a Fernando Savater en una conferencia).

Concluyendo, ahora que observamos que la mentira es considerada un valor por la Sociedad, nos acordamos de la importancia de una Escuela como herramienta para una ciudadanía crítica y responsable que sea capaz de ver más allá de las ramas mediáticas y actúe en consecuencia. Y yo me pregunto ¿qué hemos quitado para que hayamos perdido el Sistema Educativo?

Reflexión tras una conversación con un amigo- profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación de Granada.