Una mañana cualquiera en el aeropuerto de Madrid te puedes cruzar con cuatro maestro de un colegio en busca de cerrar su primer proyecto Erasmus+. Quién nos iba a decir a nosotros que nos iríamos a convivir dos semanas a una ciudad como Praga.
La felicidad de aquel día no sólo era por la aventura que íbamos a vivir sino porque en mi trigésimo quinto cumpleaños ya era consciente de la llegada de mi primer hij@. Como parte de un todo, ya nos acompañaba a recorrer el mundo. Cuando crezca le podré decir que sus primeros días de vida nos acompañó a Praga y a Viena.
El vuelo no fue especialmente pesado, salvo por el aterrizaje tan brusco. El tiempo se pasó rápido. ¿Qué puede pasar en un grupo de maestr@s sentados varias horas juntos? Pues que hablen de alumn@s y de cosas del cole. Así fue, y tengo que decir que se gestan muchos proyectos en esa pequeñas reuniones informales y si no, que se lo digan a mi compi Esther. Aún recordamos aquel traslado en el tren de cercanías entre Helsinki y Vantaá… allí empezó a crecer nuestra parte del proyecto EvoluTICvos.
El curso de formación de Praga tuvo altibajos. Después de la experiencia de Finlandia nos esperábamos algo similar, un espacio de crecimiento e intercambio de gran importancia.
Aunque no puedo afirmar que fuera una decepción, la expectativa era mayor. Durante las dos semanas de trabajo en aquella sala de reuniones con unas vistas espectaculares al centro de la ciudad pudimos trabajar diferentes enfoques metodológicos muy interesantes y comprobamos que nuestro proyecto educativo tiene «mucha miga». El profesorado allí presente mostró bastante interés por nuestra visión de futuro y valor comunitario del mismo. Al igual, la estrategia digital, más cercana a las TAC que a las TIC, era muy llamativa por su capacidad de mostrarse invisible en el proceso de enseñanza- aprendizaje.
Aún soñamos con la taxonomía de Bloom, por lo repetitivo que fue la temática, llegando al hartazgo. Varios docente exigieron un cambio de contenido porque resultaba demasiado repetitivo y no se ajustaba a lo establecido en el cronograma.
El cambio fue muy interesante, cercano a los aspectos que buscábamos, una dosis de enfoques más creativos del proceso de enseñanza-aprendizaje.
La creatividad es un aspecto vital en la enseñanza y ser creativo una virtud (si se me permite). La escuelas tienen que potenciarla y poner el énfasis en procesos de enseñanza-aprendizaje donde la creatividad tenga un lugar privilegiado.
Las actividades artísticas son el escenario idóneo donde trabajar la creatividad como se puede ver…. ¿quién ha dicho que los cursos de formación tienen que ser aburridos?
Por cierto, la ciudad (Praga) es preciosa, guarda la esencia de tiempos pasados. No es una ciudad muy extensa, de esas que te puedes recorrer a pie con ayuda de su tranvía o incluso, con pequeños momento de running donde descubres la verdadera ciudad. Ciertamente, volveré.
Un Formador en Formación 